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BARBIJO SOBRE RUEDAS

Tiempo de lectura: 6 minutos

Como le pasó a Antonio, el desocupado cándido y perseverante que protagoniza Ladri di Biciclette (1948), clásico del Neorrealismo Italiano dirigido por Vittorio de Sica, la bicicleta puede volverse central para nuestras vidas y para la puesta en marcha de la economía durante las próximas semanas. En el marco de la próxima fase de la cuarentena ¨administrada¨ (sensata, desordenada, inquietante), a medida que se vayan liberando actividades, la irremediable y decisiva movilidad de las personas invita a ponerle algunas fichas a la bicicleta nuevamente. Los primeros en confirmar este alza de acciones fueron los repartidores, que ya inmersos en su propio neorrealismo se convirtieron en los nuevos superhéroes urbanos, fosforescentes en la noche satisfaciendo la altísima demanda de sus servicios.

La pandemia y su consecuente distanciamiento social fuerzan a los gobiernos en general, y a los del AMBA en particular, a buscar soluciones para aplanar la curva de los pasajeros del transporte público masivo evitando horarios pico a medida que las actividades se vayan reincorporando a la vida diaria. La política más obvia sería el escalonamiento de los horarios de las distintas actividades. Londres trabajó durante 18 meses para lograrlo durante los Juegos Olímpicos del 2012, en el marco de urgencias menos dramáticas. En este contexto, parece difícil programarlo adecuadamente en algunas pocas semanas.

La bicicleta tiene pergaminos para convertirse en salvadora en las difíciles. En la Italia de posguerra llevó a diario a miles de trabajadores  a las fábricas que iniciaron el glorioso boom industrial con la Bianchi como emblema. En Dinamarca, hoy meca indiscutida de la movilidad sustentable y el espejito-espejito  de todo paradigma urbano bienintencionado, el boom ciclable llegó ¨gracias¨ a una sostenida recesión económica durante los ´60 que frustró un plan modernista de autopistas urbanas. El empujón definitivo se consolidó con el knock-out de la crisis del petróleo que potenció la cultura de la bicicleta en la ciudad y la fortaleció como elección modal económica y Apta Todo Público. 

La bicicleta tiene pergaminos para convertirse en salvadora en las difíciles. En la Italia de posguerra llevó a diario a miles de trabajadores a las fábricas que iniciaron el glorioso boom industrial con la Bianchi como emblema

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Primero costumbre, luego hábito tenaz, y finalmente rito: este tipo de cambios se generan en momentos calientes, crisis que dejan su marca para siempre. 

La bicicleta tiene, además, una matriz que se ajusta a los tiempos que corren; capacidad de adaptarse y de ser adaptada: con una tecnología open source, puede aumentar su capacidad, electrificarse, plegarse, compartirse y combinarse con otros medios de transporte. En un mundo en plena customización, que reprogramó sus hábitos, sus dinámicas productivas y su gestión interna contrarreloj, la bicicleta resalta como un objeto apropiado para intentar alcanzar una nueva normalidad.

Como explica el tecnólogo Horace Dediu, la relación de tamaño, peso, masividad, influencia, penetración de los artefactos tecnológicos fundamentales de la vida cotidiana  y su evolución a través del tiempo es análogo. Si se figuran los trenes como primeras computadoras que ocupaban una habitación entera y eran para uso comunitario, y  los autos como PC´s que revolucionaron el mundo a partir de la década de 1980, las bicicletas y monopatines eléctricos están tomando el lugar de los teléfonos inteligentes. Son las nuevas computadoras de bolsillo: chicos, livianos, autónomos y accesibles, y además no necesitan nuevas y costosas infraestructuras para funcionar, ruedan sobre las redes preexistentes.


En los últimos 30 años, todas las grandes ciudades del mundo concentraron sus esfuerzos sobre el transporte público empoderándolo como servicio público crucial para mantener su sistema circulatorio en la mejor forma posible; he aquí su prueba de fuego. El crecimiento brutal de las ciudades durante el Siglo XX explotó gracias a esta relación simbiótica entre hiperdensidad, extensión y transporte público masivo. Hoy se pone en jaque su capacidad de mover mucha gente en poco tiempo: se imponen por lo tanto nuevas estrategias laterales que contribuyan a mantener las ciudades funcionando. Un reciente estudio del MIT (NBER, Working Paper 07021, Jeffrey E. Harris) muestra como la densidad y capilaridad de la red de subtes neoyorquina se convirtió en su mejor partner in crime para la dispersión del COVID-19. En tiempos de pandemia, su fortaleza principal reencarnó en su propia debilidad.

la bici está llamada a ponerse los largos y redefinirse en una sintonía más social: abandonar definitivamente su rol hipster de Palermo Instagram para encarnar un objeto de valor social, un medio para prevenir contagios y salvar vidas, sin caer en la solución anacrónica y sesgada de llenar la ciudad de autos y motos

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Como aumentar camas disponibles, conseguir respiradores y garantizar comida en barrios populares, reducir la cantidad de pasajeros en el transporte público se convierte en otra obsesión de muchos ¨decisores¨ del mundo. París está estudiando generar ciclovías provisorias por arriba de las principales líneas del subte, y Bogotá está demarcando temporalmente más de 20 kilómetros complementarios a la red existente: la bici salta por arriba del laberinto de las geografías y los presupuestos, se adapta a  distintas realidades socio-urbana: Berlín, México D.F., Calgary, Wellington y el globo entero diseñan soluciones similares e innovadoras para el transporte y el espacio público peatonal.

En este contexto, y desde una óptica más local, la bici está llamada a ¨ponerse los largos¨ y redefinirse en una sintonía más social: abandonar definitivamente su rol hipster de Palermo Instagram para encarnar un objeto de valor social, un medio para prevenir contagios y salvar vidas, sin caer en la solución anacrónica y sesgada de llenar la ciudad de autos y motos. La bicicleta se resignifica hoy desde una óptica sanitaria: si el urbanismo trata siempre de explicar a la ciudad como un organismo vivo donde una simple decisión, por más mínima que sea, impacta en el conjunto, la movilidad (como el uso del tapabocas) debería ser hoy un tema de los spokesmende la salud.

Así como los estados se preocupan en planificar cómo rescatar empresas y trabajadores, con la capacidad del transporte público mermada (visto que es fantasioso aumentar la oferta), los subsidios al transporte deberían focalizarse en los medios individuales con esquemas ¨Ahora 18¨ para la compra de bicis o facilidades similares.

El uso intensivo de la bicicleta, por demás replicable en cualquier Municipio,  puede ofrecerse como el primer corrimiento de la frontera física y conceptual de la políticas de confinamiento y circulación restringida. Hay que lograr que la rueda de la economía empiece a girar lo antes posible.

El uso intensivo de la bicicleta, por demás replicable en cualquier Municipio, puede ofrecerse como el primer corrimiento de la frontera física y conceptual de la políticas de confinamiento y circulación restringida

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A algunos ciudadanos no se les puede seguir pidiendo sacrificios: aquellos que hacen largos viajes todos los días tienen que tener asegurados sus 2 metros cuadrados de seguridad sanitaria en el tren, este esfuerzo es para los que tengan resto físico y ventajas geográficas. Del mismo modo que fue inviable pensar en una cuarentena puertas adentro en barrios populares y asentamientos, las políticas de movilidad tienen que ser acordes a las realidades sociales y urbanas de cada lugar.

A algunos ciudadanos no se les puede seguir pidiendo sacrificios: aquellos que hacen largos viajes todos los días tienen que tener asegurados sus 2 metros cuadrados de seguridad sanitaria en el tren, este esfuerzo es para los que tengan resto físico y ventajas geográficas

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Una vez más la Argentina es prisionera de su propio éxito. Llegó el momento de bajarse del árbol antes de caerse o deshidratarse allí arriba. Hace un mes hablábamos de aplanar la curva, de que no se sature el sistema de salud, y de cuidarse entre todos para no ocupar camas. Si el distanciamiento social, la cuarentena y el barbijo caracterizaron los primeros cuarenta días de esta crisis y dieron la posibilidad de armarse para enfrentarla, legitimar nuevos hábitos y prioridades a la hora de moverse debe ser el fundamento del próximo paso.

Una de las soluciones posibles estuvo delante de nuestras narices todo este tiempo. Un ¨pacto social¨ de la bici al alcance de todos, que, como ejercicio de la empatía y del beneficio colectivo, nos permita llegar a esa nueva normalidad.

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Comentarios

  1. Mingo

    el 22/04/2020

    Es la hora de la bicicleta,evita el contacto,libera el transporte público,disminuye la polución ambiental,disminuye el consumo de combustible y produce gran mejoría física.Sin dudas es solucion

  2. Eduardo Luis Verbena

    el 23/04/2020

    Totalmente de acuerdo la bicicleta es un medio de transporte genial, además es muy saludable

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