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31 de octubre 2017

Gerardo Fernández

AL OTRO LADO DEL RÍO

Tiempo de lectura: 3 minutos

Con el fallecimiento de Daniel Viglietti parece cerrarse un ciclo histórico del canto popular uruguayo que irradió por todo el Río de la Plata. Al otro lado del río supimos tener tres referentes enormes. El tótem sin dudas fue Alfredo Zitarrosa, que pareció abarcarlo todo en la suma de artista del compromiso político y la fidelidad plena a la música del Río de la Pata. El Sabalero fue la mugre, el vino, el artista que hizo de las pequeñas cosas un estilo de obra popular. Viglietti, por su parte, el más longevo y refinado, se erige quizá como el cantautor iconográfico del ser de izquierda. Ocupó ese centro. Y la verdad es que si en los setenta y hasta los noventa no tenías un LP o CD de suyo serías sospechado de reformista tibio. Conocí uruguayos del Frente que sobrevivían como podían de este lado del Río y conservaban viejos cassettes gastados donde brillaba la voz de Daniel Viglietti.

Su muerte y la repercusión si se quiere escasa, acotada generacionalmente, es otro signo. Los de treinta y pico que no hayan gateado en hogares politizados quizá lo habrán escuchado de lejos. Para ellos Viglietti no será ese sacerdote ateo que sonó en las mañanas de sus sábados y domingos de infancia. Viglietti siempre estaba, hasta anoche. Su partida genera sensación de vacío, entre otras cosas, porque estos artistas no aparecen de un día para otro ni en el Río de la Plata ni en el continente que vio partir en los últimos 40 años a figuras legendarias que no tienen repuesto: Yupanqui, Jobim, Zitarrosa, Chabuca, Amparo Ochoa, Alí Primera y ahora Viglietti.

Viglietti, por su parte, el más longevo y refinado

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La trascendencia de Daniel Viglietti se puede mensurar cuando se recorren los grandes éxitos de la canción latinoamericana del último medio siglo y se encuentra un puñado de obras irremplazables. Quizás la más conocida sea “A desalambrar”, un emblema de deseo político tan desnudo, tan icónica en la lucha de Liberación de los setenta, que cantarla siempre estuvo al borde de la parodia, porque cómo sacar ese canto, esa letra, del contexto preciso de los 70 y reponer su misma ingenuidad política en el presente más gris de las democracias.

Yo pregunto a los presentes

si no se han puesto a pensar

que la tierra es de nosotros

y no del que tiene más.

Pero también está ese himno que es “Milonga de andar lejos”, que arranca con esa diciendo “Qué lejos está mi tierra y sin embargo qué cerca” y termina diciendo:

Yo quiero romper la vida,

como cambiarla quisiera,

ayúdeme compañero;

ayúdeme, no demore,

que una gota con ser poco

con otra se hace aguacero.

daniel_viglietti

Y en “Gurisito”, el sueño socialista se estampa en:

Cada niño un poco,

todos tomarán

de la misma leche

y del mismo pan.

También supo descollar en la adaptación al castellano de las principales canciones de Chico Buarque, al punto que logra en la magnífica “Construcción”, traducir no sólo las palabras sino fundamentalmente el clima que sobrevuela la obra.

Daniel ya formaba parte de un fenómeno en buena medida vintage, dicho con el mayor respeto por él y por nosotros mismos

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Pero el vacío de la partida de Viglietti se ahonda cuando caemos en la cuenta de que se va con él un pedazo de cultura e historia. Podemos reconocer que Daniel ya formaba parte de un fenómeno en buena medida vintage, dicho con el mayor respeto por él y por nosotros mismos. No sabemos cuándo surgirá alguna camada de artistas así, como tampoco tenemos claro cuándo el movimiento popular del continente volverá a la cresta de la ola… y no hay lugar para una cosa sin la otra.

Estamos bien por fuera, pero por dentro lloramos a un cantor y también a un tiempo histórico, por eso nos abraza esa intemperie. En homenaje a Daniel no olvidemos que es justo querer sociedades justas, pero también que hay que inventar, pensar, discutir y replantear todo lo necesario. No cabe duda de que Daniel Viglietti desde donde esté sentirá su memoria honrada al ver que muchos de esos niños que lo escucharon a cocochito de sus padres 30/40 años atrás hoy tienen la decisión de tomar la posta para seguir buscándole el agujero al mate.

danielviglietti_lrg

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