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09 de diciembre 2015

Pablo Touzon

Politólogo. Panamá línea fundadora. Mono de metal. Soldado de De Gaulle.

OPERACIÓN RESISTENCIA INFINITA

Tiempo de lectura: 4 minutos

Existen territorios que parecen predestinados a la realización de la Utopía. Irak, que vive hoy su más reciente versión de state building de la mano de los militantes del Estado Islámico, puede dar testimonio de ello. Antes, los jacobinos de Washington, encabezados por el último profeta armado, George W. Bush, habían intentado ya su propia versión de El Dorado. Los ataques del 11 de septiembre, ese cincuentaycuatroporciento del sistema político norteamericano, abrieron posibilidades impensadas. El fin de toda barrera y mediación. La posibilidad abierta de ejercer el unipolarismo descarnado, hasta ese momento solo sugerido. Y el arribo definitivo al poder de aquellos “neo-cons” que durante el gobierno de Bush padre habían sido tan solo funcionarios “intelectuales” menores de la Administración, libres ahora de aplicar sus formulas y algoritmos al conjunto del planeta. Irak, el experimento de ingeniería político-social más ambicioso del siglo XXI. En definitiva, “Su” gobierno.

El modelo de armado de listas y conducción de CABA en 2011 fue un laboratorio de los 4 años cristinistas

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La Ciudad de Buenos Aires, con su “liquido” sistema de partidos y su territorialidad de baja intensidad fue desde su autonomía escenario recurrente de creación política. Cuna del FREPASO, Proyecto SUR y el PRO, vergel de las izquierdas parlamentarias. El ibarrismo (ese sciolismo avant la lettre) basó su gobernabilidad excluyentemente en la imagen pública de su máximo referente y en el loteo del Estado porteño. Al desaparecer, y con un radicalismo virtualmente extinguido en su formato tradicional, el PRO y el kirchnerismo supieron llenar, parcialmente, ese vacío. El rezo de una necesidad kirchnerista: La ideología oficial requiere de una CABA estructuralmente hostil al Proyecto. La Ciudad-Puerto cosmopolita y burguesa vs el subsuelo de la Patria sublevado. Sin embargo, la ciudad históricamente antiperonista no fue en ningún sentido anti-progresista (ergo, tan antikirchnerista). Con sus más y sus menos, las distintas versiones electorales del kirchnerismo porteño lograron resultados sólidos, mas aun teniendo en cuenta que el “progresismo” estuvo, en todos los casos, dividido (Telerman/ Filmus; Filmus/ Pino Solanas) vis a vis un macrismo que coaligaba sin fisuras el espectro de la centro-derecha.

El 2011 porteño fue interesante para todos, y no tanto por la competencia electoral propiamente dicha, sino porque el modelo de armado de listas y conducción política del distrito prefiguró, en pequeño, el que después se trasladaría a todo el país. Como un laboratorio político de los 4 años cristinistas. La interna que no fue entre los tres precandidatos Filmus, Boudou y Tomada , las listas confeccionadas directamente por la Presidenta y el Nuevo Alberto, Carlos Zannini (firmadas en blanco por los aspirantes) y sobre todo, los nuevos liderazgos impuestos por la Rosada configuraban el cuadro de una virtual intervención federal del distrito. El kirchnerismo de la Ciudad de Buenos Aires seria en adelante dirigido directamente por los ganadores de la nueva distribución del poder en el oficialismo. Y, en particular, por su sector juvenil, La Campora, quienes encabezarían la oferta electoral tanto en 2013 como en el 2015. Sin Insaurraldes ni Sciolis de alquiler para encabezar el cartel.

CFK in Wonderland

Es curioso como en el análisis de la performance electoral del gobierno de Mauricio Macri propios y extraños hagan referencia excluyentemente a la gestión amarilla (casi a demanda de Durán Barba), sin mencionar siquiera a la actuación de la oposición porteña. Si en el nivel nacional la “hegemonía” kirchnerista era atribuida tanto a las políticas de Gobierno como a la ineficacia política de la oposición, en el plano distrital las referencias al Grupo A porteño escasean. La hegemonía macrista parecería explicarse sola. Ausencia aun más extraña si se considera que la organización emblema del cristinismo fue la que, a partir del 2011 y hasta la actualidad, capitaneo a la oposición kirchnerista, de lejos la más importante, contra el tanque amarillo. Funcionando, de hecho, como un subsidio indirecto al crecimiento del PRO. Los opositores soñados, los que uno contrataría si pudiese.
El Palacio y la Calle, Cabandié y Larroque, y Zannini en las alturas fungían como el nuevo triunvirato de la Intervención, dominando el oficialismo en la Legislatura, las Comunas y la estrategia política general. Único distrito del país en donde podía observarse en toda pureza la conducta y el accionar del cristinismo realmente existente. Contra el adversario más puro que pudiese hallarse, y con cuatro años para adelante para hacer y deshacer a su antojo. Y con los resultados a la vista.

Amor sí, Macri no y kirchnerismo racial puro parecen ser la fórmula de resistencia de tribu urbana ante la nueva mayoría

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Oficiar misa de espaldas a los feligreses es natural si Dios es el único elector. La conclusión, de la más pura lógica política, es profundizar el método por el cual se obtuvo y se mantiene el poder. El “electorado”, ese concepto tan lábil, forma parte de un decorado lejano, casi como un mar de fondo de la medición “militante” (en la acepción camporista del término), único criterio de validación política real para los ascensos y descensos dentro del espacio kirchnerista. Como aquellos escolásticos razonando sobre la naturaleza del Cielo, sus deducciones tiene todo el sentido del mundo, puertas adentro de la Iglesia. Que, claro, no lo son tanto portones afuera. En resumen, lo que embellece a los ojos de CFK no necesariamente coincide con los deseos del electorado.
El fin del 2015, y el periodo de la Transición, parecen repetir de manera calcada en el FPV el esquema ya fracasado. De un Parque Centenario a otro, si los noventas vuelven, vuelven para todos. Mochilitas con clavas, “Amor si, Macri no” y kirchnerismo “racial”, étnicamente puro, parecen ser la formula de la “resistencia”,de tribu urbana ante la nueva mayoría. La afirmación identitaria y de enclave, como un EZLN con su Selva Lacandona en Villa Crespo. Después de todo, ¿el poder no estuvo siempre “en otro lado”?

Good bye CFK
Los jacobinos de Washington ya no manejan las palancas del Estado. Permanecen en la cultura pública norteamericana, en Universidades y medios de difusión, minoritarios ya pero no menos convencidos. Al desastre de Irak, probablemente el mayor fracaso de la política exterior norteamericana desde Vietnam, le desertaron los padres. En una reciente entrevista en la cadena televisiva Fox News , Paul Wolfowitz (ex subsecretario de Defensa de los Estados Unidos y principal ideólogo de la invasión de 2003) repartía consejos a Barack Obama, en pantalla partida con las banderas negras de ISIS flameando en los alrededores de Bagdad. Es que, como se sabe, la Revolución nunca se equivoca.

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Comentarios

  1. LAS 20 VERDADES | Panamá Revista

    el 03/01/2016

    […] Touzón, de Panamá línea fundadora, describió en esta misma pantalla el final entre apoteótico y apoplégico de un kirchnerismo convertido en una secta de masas. […]

  2. DE LA BATALLA CULTURAL A LA FRACTURA SOCIAL | Panamá Revista

    el 28/01/2016

    […] más profundo de la campaña de Mauricio.”) Para el macrismo, el kirchnerismo es una especie de tribu urbana formada esencialmente por progresistas con sus rutinas, símbolos y retóricas que viven frente al […]

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